Se hablará y comentará sobre una actividad voluntaria, llevada a cabo a lo largo de 1 año. En la facultad de ciencias de la educación, en la diplomatura de maestra de educación infantil.
Universidad De Huelva.
El acceso directo a las distintas secciones, se debe a que es material vinculante, pero no posteado como tal, en una entrada.
Láminas de papel de seda de los tres colores primarios (azul cían, amarillo y rojo magenta)
Tres figuras relacionadas (como por ejemplo: estrella, triángulo y círculo)
Cola blanca rebaja 1/3 con agua
Pincel
Tijeras ( de punta redonda, para no cortarse)
Media cartulina blanca
Proceso:
1º Paso: recortar varios tamaños de las figuras seleccionadas.
2º Paso: coger la media cartulina e ir encolando las figuras para pegarlas sin que se superpongan unas con otras.
3º Paso: cuando se haya finalizado de colocar estas primeras figuras, se irán pegando más encima con el fin de ir intercalándolas para así ver las distintas tonalidades que se van forman y la intensidad de los colores.
Funcionalidad:
Con este trabajo se pretende que el/la alumno/a vaya experimentando la intensidad mediante la colocación superpuesta de varias figuras del mismo color.
Además de también conocer las distintas gamas de colores que van dando lugar al mezclarse los primarios.
TÍTULO DEL ARTÍCULO: Annette Messager revela el horror cotidiano
Los museos y centros de arte de Madrid reciben la feria de arte contemporáneo Arco, que se inaugura esta tarde, con diversas exposiciones. El Reina Sofía incorpora a su oferta de Chillida, Capa y Sorin las instalaciones de la artista francesa Annette Messager en el palacio de Velázquez del Retiro. Ayer también se presentaron una selección de obras maestras de la Dulwich Picture Gallery, de Londres; la revisión de seis mujeres de la vanguardia española y las nuevas propuestas de mujeres artistas sobre los arquetipos femeninos. En los últimos días también se ha incorporado a la oferta artística la muestra sobre la abstracción en la pintura y la escultura españolas de los años setenta y ochenta.
Cuando Annette Messager decidió dedicarse al arte dividió su apartamento parisiense en dos habitaciones. Una para vivir y una para crear. En la segunda se acumulan todo tipo de restos de objetos domésticos, de papeles y revistas, de telas, juguetes, ropa, lápices, platos y fragmentos que el naufragio urbano arroja a los rincones, a los desvanes. Con esos modestos materiales, Messager ha sido capaz de revelarnos algunos de los más perturbadores aspectos del horror cotidiano. A partir de ellos, Messager es capaz de convertir un inocente cuento de hadas en un episodio de espanto."Son mis pequeñas cosas de casa. Objetos insignificantes que entran en un diálogo entre ellos y cuentan su historia", dice la artista francesa. "Juego mucho con tejidos y retales, con imágenes de trozos del cuerpo que a veces resultan violentas; los colores de los materiales también cuentan, porque a veces los tonos pasteles afilan un mensaje como si fueran cuchillos", explica.
Annette Messager, coleccionista; Annette Messager, artista; Annette Messager, mujer práctica; Annette Messager, tramposa son algunos de los personajes, los álter egos en los que ella misma se rompe y clasifica. "Hacer arte es tomar posesión de una vida que no se llega a vivir", dice. Su faceta de coleccionista recoge inquietudes íntimas, como las que refleja en la serie Hombres que me gustan y hombres que no me gustan. Recorta, pega, recompone y tergiversa a su manera las imágenes de revistas y periódicos.
También utiliza muñecos de peluche que "vivisecciona" y despanzurra; mullidas formas sembradas de amenazadoras puntas de lápices de colores; pequeños animales disecados a los que enmascara o cubre con ropitas tejidas por ella. "Los peluches descosidos y abiertos en canal son seres monstruosos, de alguna manera recuerdan también a los abrigos de piel hechos con los cadáveres de animales", reflexiona. "Hay algo de monstruoso en la vida cotidiana, como cuando pisas un zapato en la oscuridad. Son pequeñas agresiones y sucesos desdichados que nos marcan con su misterio".
Para esta mujer tímida y atractiva, fina y secreta, su propuesta artística es "una conjura de lo cotidiano". La exposición que se presenta en el palacio de Velázquez hasta el 3 de mayo, en el parque del Retiro madrileño, se titula La procesión va por dentro y reúne por primera vez en España una amplia selección de la obra de Annette Messager (Berck, 1943) realizada a lo largo de tres décadas. Cerca de cincuenta piezas se suceden en un laberíntico recorrido.
El espectador se siente atraído y a la vez intimidado por la instalación de las obras. Pero la artista le propone atravesarlas y vivir la experiencia.
Un cementerio de peluches en alegres tonos infantiles, una sala en penumbra con multitud de elementos que cuelgan del techo en medio de una maraña de largos hilos de lana o un bosque de animalillos empalados no dejan indiferente al visitante.
Entre los elementos de su lenguaje plástico, los animales disecados tienen un papel importante. Messager traza un paralelismo entre la taxidermia y la fotografía. "Los animales disecados viven una existencia detenida, como las fotografías", afirma. "Se intenta darles un gesto viviente, pero están más muertos que nadie, como las momias que se conservan de Lenin y de Evita Perón".
Messager opone al arte tradicional una actitud de "mujer dedicada a sus labores". Desde el principio de su carrera reivindicó el papel de artista devaluada que utiliza sólo materiales familiares, de desecho, sin ninguna técnica. Como John Baldessari o Christian Boltanski, se plantea una manera distinta de hacer arte dotando a sus instalaciones de una intencionalidad provocada por la conjunción de elementos dispares.
El intenso perfume femenino de su obra no emana de una actitud reivindicativa, es sólo el reflejo de ese microcosmos en el que ella se siente dueña y manipuladora. Pese a la humildad de su actitud ante la creación, Messager es una de las artistas francesas más internacionales. Ayer, en la presentación de su muestra en Madrid, excusó dar una explicación de su trabajo diciendo que ella sólo se dedica a "hacer tonterías como éstas", pese a que su obra ha sido expuesta en los más importantes museos europeos.